REVOLUCION SANDINISTA
Se conoce como Revolución Sandinista, o Revolución nicaragüense al proceso abierto en Nicaragua en 1978, y que se extendió hasta febrero de 1990, protagonizado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (llamado así en memoria de Augusto Nicolas Calderón Sandino) en el que se puso fin a la dictadura de la familia Somoza, derrotando al hijo de Anastasio Somoza, Anastasio Somoza Debayle, sustituyéndolo por un gobierno de perfil progresista de izquierda.[1]
La lucha contra la dictadura de los Somoza, que ya había comenzado a finales de los años 50 del siglo XX se intensifica significativamente en 1978. En marzo de 1979 se firma el acuerdo de unidad por parte de los representantes de las tres fracciones sandinistas y se decide impulsar la lucha. En junio se hace el llamamiento a la "Ofensiva Final" y a la huelga general y el 19 de julio de 1979 las columnas guerrilleras del FSLN entran en Managua, con un amplio respaldo popular, consumando la derrota de Anastasio Somoza Debayle.
El nuevo gobierno, formado por un amplio espectro ideológico con presencia socialdemócrata, socialista, Marxista-leninista y con una influencia muy grande de la teología de la liberación, trataron de introducir reformas en los aspectos socio-económicos y políticos del Estado nicaragüense, tratando además los problemas relativos a la sanidad, la educación y reparto de la tierra que el país sufría. Logrando avances significativos y reconocidos internacionalmente
La oposición armada realizada y organizada por los Estados Unidos, que organizó la llamada contra y hundió al país en una guerra civil, junto a diversos errores de gobierno achacables a la inexperiencia de los sandinistas llevaron a Nicaragua a una posición económica crítica que hicieron que el FSLN perdieran las elecciones de febrero de 1990 en favor de la UNO presidida por Violeta Chamorro poniendo fin al periodo revolucionario.[1]
martes, 22 de junio de 2010
GOBIERNO DE UNIDAD POPULAR
GOBIERNO DE UNIDAD POPULAR
Aprobado por los partidos : comunista, socialista, radical y social-demócrata, el movimiento de acción popular unificado (MAPU), y la acción popular independiente (API), el 17 de diciembre de 1969 en Santiago de Chile.
Los partidos y movimientos que integran el Comité Coordinador de la Unidad Popular, sin perjuicio de mantener cada cual su propia filosofía y sus propios perfiles políticos, coinciden plenamente en la caracterización de la realidad nacional expuesta a continuación y en las proposiciones programáticas que serán la base de nuestra acción común y que entregamos a consideración del pueblo.
Chile vive una crisis profunda que se manifiesta en el estancamiento económico y social, en la pobreza generalizada y en las postergaciones de todo orden que sufren los obreros, campesinos y demás capas explotadas, así como en las crecientes dificultades que enfrentan empleados, profesionales, empresarios pequeños y medianos y en las mínimas oportunidades de que disponen la mujer y la juventud.
Los problemas en Chile se pueden resolver. Nuestro país cuenta con grandes riquezas como el cobre y otros minerales, un gran potencial hidroeléctrico, vastas extensiones de bosques, un largo litoral rico en especies marinas, una superficie agrícola más que suficiente, etc.; cuenta, además, con la voluntad de trabajo y progreso de los chilenos, junto con su capacidad técnica y profesional. ¿Qué es entonces lo qué ha fallado?
Lo que ha fracasado en Chile es un sistema que no corresponde a las necesidades de nuestro tiempo. Chile es un país capitalista, dependiente del imperialismo, dominado por sectores de la burguesía estructuralmente ligados al capital extranjero, que no pueden resolver los problemas fundamentales del país, los que se derivan precisamente de sus privilegios de clase a los que jamás renunciarán voluntariamente.
Más aún, como consecuencia misma del desarrollo del capitalismo mundial, la entrega de la burguesía monopolista nacional al imperialismo aumenta progresivamente, se acentúa cada vez más en su dependencia su papel de socio menor del capital extranjero.
Para la gran mayoría, en cambio, vender a diario su esfuerzo, su inteligencia. Decidir por los demás es lo que hacen todos los días.
Para la gran mayoría, en cambio, vender a diario su esfuerzo, su inteligencia y su trabajo es un pésimo negocio, y decidir sobre su propio destino es un derecho del cual, en gran medida, aún están privados.
En Chile las recetas reformistas y desarrollistas que impulsó la Alianza para el Progreso e hizo suyas el gobierno de Frei no han logrado alterar nada importante. En lo fundamental ha sido un nuevo gobierno de la burguesía al servicio del capitalismo nacional y extranjero, cuyos débiles intentos de cambio social naufragaron sin pena ni gloria entre el estancamiento económico, la carestía y la represión violenta contra el pueblo. Con esto se ha demostrado, una vez más, que el reformismo es incapaz de resolver los problemas del pueblo.
Aprobado por los partidos : comunista, socialista, radical y social-demócrata, el movimiento de acción popular unificado (MAPU), y la acción popular independiente (API), el 17 de diciembre de 1969 en Santiago de Chile.
Los partidos y movimientos que integran el Comité Coordinador de la Unidad Popular, sin perjuicio de mantener cada cual su propia filosofía y sus propios perfiles políticos, coinciden plenamente en la caracterización de la realidad nacional expuesta a continuación y en las proposiciones programáticas que serán la base de nuestra acción común y que entregamos a consideración del pueblo.
Chile vive una crisis profunda que se manifiesta en el estancamiento económico y social, en la pobreza generalizada y en las postergaciones de todo orden que sufren los obreros, campesinos y demás capas explotadas, así como en las crecientes dificultades que enfrentan empleados, profesionales, empresarios pequeños y medianos y en las mínimas oportunidades de que disponen la mujer y la juventud.
Los problemas en Chile se pueden resolver. Nuestro país cuenta con grandes riquezas como el cobre y otros minerales, un gran potencial hidroeléctrico, vastas extensiones de bosques, un largo litoral rico en especies marinas, una superficie agrícola más que suficiente, etc.; cuenta, además, con la voluntad de trabajo y progreso de los chilenos, junto con su capacidad técnica y profesional. ¿Qué es entonces lo qué ha fallado?
Lo que ha fracasado en Chile es un sistema que no corresponde a las necesidades de nuestro tiempo. Chile es un país capitalista, dependiente del imperialismo, dominado por sectores de la burguesía estructuralmente ligados al capital extranjero, que no pueden resolver los problemas fundamentales del país, los que se derivan precisamente de sus privilegios de clase a los que jamás renunciarán voluntariamente.
Más aún, como consecuencia misma del desarrollo del capitalismo mundial, la entrega de la burguesía monopolista nacional al imperialismo aumenta progresivamente, se acentúa cada vez más en su dependencia su papel de socio menor del capital extranjero.
Para la gran mayoría, en cambio, vender a diario su esfuerzo, su inteligencia. Decidir por los demás es lo que hacen todos los días.
Para la gran mayoría, en cambio, vender a diario su esfuerzo, su inteligencia y su trabajo es un pésimo negocio, y decidir sobre su propio destino es un derecho del cual, en gran medida, aún están privados.
En Chile las recetas reformistas y desarrollistas que impulsó la Alianza para el Progreso e hizo suyas el gobierno de Frei no han logrado alterar nada importante. En lo fundamental ha sido un nuevo gobierno de la burguesía al servicio del capitalismo nacional y extranjero, cuyos débiles intentos de cambio social naufragaron sin pena ni gloria entre el estancamiento económico, la carestía y la represión violenta contra el pueblo. Con esto se ha demostrado, una vez más, que el reformismo es incapaz de resolver los problemas del pueblo.
UN MUNDO DESBOCADO
UN MUNDO DESBOCADO
En Breve
No me interesa el libro… pero quiero saber de qué trata
“¿Es la globalización una fuerza que promueve el bien común? La pregunta no puede contestarse de manera fácil dada la complejidad del fenómeno”, nos dice Giddens en este libro, editado por Taurus, donde analiza los cambios globales en torno de temas como la sexualidad, la familia, la democracia, la creación de riqueza y reflexiona sobre los efectos de esos cambios en nuestras vidas. Asimismo, incorpora al debate sobre este tema el hecho de que la globalización es más que una serie de cambios económicos: “Nos enfrentamos a situaciones de riesgo que nadie en la historia ha tenido que afrontar. Muchos de los riesgos e incertidumbres nuevos nos afectan independientemente de donde vivamos y de lo privilegiados o marginados que seamos”.
Puede que la globalización no sea una palabra particularmente atractiva o elegante, pero nadie que quiera entender nuestras perspectivas en este fin de siglo puede ignorarla.
La globalización tiene que ver con la tesis de que todos vivimos ahora en un mismo mundo. Según los escépticos, toda la palabrería sobre la globalización se queda en eso, en mera palabrería. El mundo funciona de forma bastante parecida a como lo ha hecho durante muchos años.
La mayoría de los países, afirman los escépticos, ganan sólo una pequeña parte de su renta con el comercio exterior. Además, buena parte del intercambio económico se da entre regiones, en lugar de ser verdaderamente mundial.
Otros toman una postura muy diferente. Los denominaré radicales. El mercado global, dicen, está mucho más desarrollado incluso que en los años sesenta y setenta, y es ajeno a las fronteras nacionales.
estados han perdido gran parte de la soberanía que tuvieron, y los políticos mucha de su capacidad para influir en los acontecimientos.
Los escépticos tienden a situarse en la izquierda política, especialmente en la vieja izquierda. La idea de globalización, según los escépticos, es una ideología propagada por los librecambistas que quieren desmantelar los sistemas de libertad y recortar los gastos estatales.
Y bien, ¿quién tiene razón en este debate? Creo que los radicales. El nivel de comercio mundial es hoy mucho mayor de lo que ha sido jamás y abarca un espectro mucho más amplio de bienes y servicios. Pero la mayor diferencia está en el nivel de flujos financieros y de capitales. Ajustada como está al dinero electrónico, la economía mundial de hoy no tiene paralelo en épocas anteriores.
En la nueva economía electrónica global gestores de fondos, bancos, empresas, al igual que millones de inversores individuales, pueden transferir cantidades enormes de capital de un lado a otro del mundo con el botón de un ratón.
Pero la globalización es política, tecnológica y cultural, además de económica. Se ha visto influida, sobre todo, por cambios en los sistemas de comunicación. Por primera vez en la historia es posible la comunicación instantánea de una esquina del mundo a otra.
La comunicación electrónica instantánea no es sólo una forma de transmitir noticias o información más rápidamente. Su existencia altera la textura misma de nuestras vidas, seamos ricos o pobres. Algo ha cambiado en la esencia de nuestra experiencia cotidiana cuando puede sernos más conocida la cara de Nelson Mandela que la cara de nuestro vecino de enfrente.
Es un error pensar que la globalización concierne sólo a los grandes sistemas, como el orden financiero mundial. La globalización no tiene que ver con lo que hay “ahí” afuera, remoto y alejado del individuo. Esta es una revolución verdaderamente global en la vida diaria, cuyas consecuencias se están sintiendo en todo el mundo, en ámbitos que van desde el trabajo a la política.
Los nacionalismos locales brotan como respuesta a tendencias globalizadoras, a medida que el peso de los Estados–nación más antiguos disminuye. El control ideológico y cultural en que se basaba la autoridad política comunista no podía sobrevivir en una época de medios de comunicación globales.
Dos cambios básicos se están produciendo hoy bajo el impacto de la globalización: en los países occidentales no sólo las instituciones públicas, sino también la vida cotidiana, se están desprendiendo de estas influencias. Y otras sociedades del mundo, que mantenían un esquema de vida más tradicional, lo están perdiendo. Deduzco que esto está en el seno de la sociedad cosmopolita emergente antes mencionada.
Un mundo donde la modernidad no se restringe a un área geográfica, sino que se manifiesta mundialmente, tiene una serie de consecuencias para la tradición.
No debemos aceptar la idea ilustrada de que el mundo debería librarse de todas las tradiciones. Estas son necesarias porque dan continuidad y forma a la vida.
Un extremo de la globalización es el choque entre el cosmopolitismo y el fundamentalismo. Uno puede pensar que el fundamentalismo siempre ha existido. No es así, ha surgido en respuesta a las influencias globalizadoras.
Fundamentalismo no es igual a fanatismo ni autoritarismo. Los fundamentalistas piden una vuelta a los textos básicos, que deben ser leídos de manera literal. El fundamentalismo da nueva vida e importancia a los guardianes de la tradición, pero no tiene nada que ver con al ámbito de las creencias, religiosas o de otra clase. Lo que importa es cómo se defiende o sostiene la verdad de las creencias.
Sin embargo, el fundamentalismo no es solamente la antítesis de la modernidad globalizadota, sino que le plantea interrogantes. El más importante es este: ¿podemos vivir en un mundo en donde nada es sagrado? Debo decir que no creo que sea posible. Todos necesitamos compromisos morales que trasciendan las preocupaciones y riñas triviales de nuestra vida diaria. Ninguno de nosotros tendríamos algo por lo que vivir si no tuviéramos algo por lo que merece la pena morir.
Familia
En Breve
No me interesa el libro… pero quiero saber de qué trata
“¿Es la globalización una fuerza que promueve el bien común? La pregunta no puede contestarse de manera fácil dada la complejidad del fenómeno”, nos dice Giddens en este libro, editado por Taurus, donde analiza los cambios globales en torno de temas como la sexualidad, la familia, la democracia, la creación de riqueza y reflexiona sobre los efectos de esos cambios en nuestras vidas. Asimismo, incorpora al debate sobre este tema el hecho de que la globalización es más que una serie de cambios económicos: “Nos enfrentamos a situaciones de riesgo que nadie en la historia ha tenido que afrontar. Muchos de los riesgos e incertidumbres nuevos nos afectan independientemente de donde vivamos y de lo privilegiados o marginados que seamos”.
Puede que la globalización no sea una palabra particularmente atractiva o elegante, pero nadie que quiera entender nuestras perspectivas en este fin de siglo puede ignorarla.
La globalización tiene que ver con la tesis de que todos vivimos ahora en un mismo mundo. Según los escépticos, toda la palabrería sobre la globalización se queda en eso, en mera palabrería. El mundo funciona de forma bastante parecida a como lo ha hecho durante muchos años.
La mayoría de los países, afirman los escépticos, ganan sólo una pequeña parte de su renta con el comercio exterior. Además, buena parte del intercambio económico se da entre regiones, en lugar de ser verdaderamente mundial.
Otros toman una postura muy diferente. Los denominaré radicales. El mercado global, dicen, está mucho más desarrollado incluso que en los años sesenta y setenta, y es ajeno a las fronteras nacionales.
estados han perdido gran parte de la soberanía que tuvieron, y los políticos mucha de su capacidad para influir en los acontecimientos.
Los escépticos tienden a situarse en la izquierda política, especialmente en la vieja izquierda. La idea de globalización, según los escépticos, es una ideología propagada por los librecambistas que quieren desmantelar los sistemas de libertad y recortar los gastos estatales.
Y bien, ¿quién tiene razón en este debate? Creo que los radicales. El nivel de comercio mundial es hoy mucho mayor de lo que ha sido jamás y abarca un espectro mucho más amplio de bienes y servicios. Pero la mayor diferencia está en el nivel de flujos financieros y de capitales. Ajustada como está al dinero electrónico, la economía mundial de hoy no tiene paralelo en épocas anteriores.
En la nueva economía electrónica global gestores de fondos, bancos, empresas, al igual que millones de inversores individuales, pueden transferir cantidades enormes de capital de un lado a otro del mundo con el botón de un ratón.
Pero la globalización es política, tecnológica y cultural, además de económica. Se ha visto influida, sobre todo, por cambios en los sistemas de comunicación. Por primera vez en la historia es posible la comunicación instantánea de una esquina del mundo a otra.
La comunicación electrónica instantánea no es sólo una forma de transmitir noticias o información más rápidamente. Su existencia altera la textura misma de nuestras vidas, seamos ricos o pobres. Algo ha cambiado en la esencia de nuestra experiencia cotidiana cuando puede sernos más conocida la cara de Nelson Mandela que la cara de nuestro vecino de enfrente.
Es un error pensar que la globalización concierne sólo a los grandes sistemas, como el orden financiero mundial. La globalización no tiene que ver con lo que hay “ahí” afuera, remoto y alejado del individuo. Esta es una revolución verdaderamente global en la vida diaria, cuyas consecuencias se están sintiendo en todo el mundo, en ámbitos que van desde el trabajo a la política.
Los nacionalismos locales brotan como respuesta a tendencias globalizadoras, a medida que el peso de los Estados–nación más antiguos disminuye. El control ideológico y cultural en que se basaba la autoridad política comunista no podía sobrevivir en una época de medios de comunicación globales.
Dos cambios básicos se están produciendo hoy bajo el impacto de la globalización: en los países occidentales no sólo las instituciones públicas, sino también la vida cotidiana, se están desprendiendo de estas influencias. Y otras sociedades del mundo, que mantenían un esquema de vida más tradicional, lo están perdiendo. Deduzco que esto está en el seno de la sociedad cosmopolita emergente antes mencionada.
Un mundo donde la modernidad no se restringe a un área geográfica, sino que se manifiesta mundialmente, tiene una serie de consecuencias para la tradición.
No debemos aceptar la idea ilustrada de que el mundo debería librarse de todas las tradiciones. Estas son necesarias porque dan continuidad y forma a la vida.
Un extremo de la globalización es el choque entre el cosmopolitismo y el fundamentalismo. Uno puede pensar que el fundamentalismo siempre ha existido. No es así, ha surgido en respuesta a las influencias globalizadoras.
Fundamentalismo no es igual a fanatismo ni autoritarismo. Los fundamentalistas piden una vuelta a los textos básicos, que deben ser leídos de manera literal. El fundamentalismo da nueva vida e importancia a los guardianes de la tradición, pero no tiene nada que ver con al ámbito de las creencias, religiosas o de otra clase. Lo que importa es cómo se defiende o sostiene la verdad de las creencias.
Sin embargo, el fundamentalismo no es solamente la antítesis de la modernidad globalizadota, sino que le plantea interrogantes. El más importante es este: ¿podemos vivir en un mundo en donde nada es sagrado? Debo decir que no creo que sea posible. Todos necesitamos compromisos morales que trasciendan las preocupaciones y riñas triviales de nuestra vida diaria. Ninguno de nosotros tendríamos algo por lo que vivir si no tuviéramos algo por lo que merece la pena morir.
Familia
LA GUERRA DE COREA
LA GUERRA DE COREA
La península de Corea, posesión japonesa, había sido ocupada por la URSS y EE.UU. en 1945 tomando como línea de división el paralelo 38º. El estallido de la guerra fría tuvo como resultado la partición de este país en dos estados: Corea del Norte, donde en 1948 se estableció una "república popular", es decir, una dictadura comunista dirigida por Kim Il Sung; y Corea del Sur, donde ese mismo año Syngman Rhee estableció una férrea dictadura pro-norteamericana.
El triunfo de la revolución comunista en China el 1 de octubre de 1949 alteró completamente el equilibrio geoestratégico de Asia. Stalin, que venía de sufrir serios reveses en Europa (fracaso del bloqueo de Berlín o el cisma yugoslavo), no pudo resistir la tentación de recuperar terreno en Asia y dio su acuerdo a un ataque norcoreano a Corea del Sur.
Así, el 25 de junio de 1950, las tropas de Kim Il Sung atravesaron el paralelo 38º y avanzaron triunfalmente hacia el sur. El régimen surcoreano apenas pudo mantener un pequeño territorio en torno a Pusan.
La reacción norteamericana, para la sorpresa de Stalin, fue inmediata. Washingto pidió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU y consiguió un mandato para ponerse al frente de un ejército que hiciera frente a la agresión norcoreana. La ausencia del delegado soviético, que había rechazado asistir a las reuniones del Consejo como protesta por la negativa norteamericana de aceptar a la China Popular en el él, propició esta resolución.
Las tropas multinacionales de la ONU, en la práctica el ejército norteamericano al mando del general MacArthur, recuperaron rápidamente el terreno perdido y el 19 de octubre tomaron Pyongyang, la capital de Corea del Norte.
Tres días antes, el 16 de octubre, tropas chinas con masivo apoyo militar soviético penetraron en Corea haciendo recular al ejército norteamericano. El 4 de enero de 1951, las tropas comunistas retomaron Seul.
En ese momento, MacArthur propuso el bombardeo atómico del norte de China. Tanto el presidente Truman como la mayoría del Congreso reaccionaron alarmados ante una reacción que podía llevar al enfrentamiento nuclear con la URSS. En un enfrentamiento cada vez más abierto, Truman destituyó a MacArthur entre las protestas de la derecha republicano y lo sustituyó por el general Ridgway.
La URSS por su parte manifestó su intención de no intervenir en el conflicto y su deseo de que coexistieran dos sistemas diferentes en la península. El "empate militar" llevó a la apertura de negociaciones que concluirán el julio de 1953, poco después de la muerte de Stalin, con la firma del Armisticio en Panmunjong. En él se acordó una nueva línea de demarcación que serpentea en torno al paralelo 38º.
La pervivencia del régimen comunista norcoreano ha hecho que esta "frontera de la guerra fría" haya sido la única que ha pervivido hasta el siglo XXI.
La península de Corea, posesión japonesa, había sido ocupada por la URSS y EE.UU. en 1945 tomando como línea de división el paralelo 38º. El estallido de la guerra fría tuvo como resultado la partición de este país en dos estados: Corea del Norte, donde en 1948 se estableció una "república popular", es decir, una dictadura comunista dirigida por Kim Il Sung; y Corea del Sur, donde ese mismo año Syngman Rhee estableció una férrea dictadura pro-norteamericana.
El triunfo de la revolución comunista en China el 1 de octubre de 1949 alteró completamente el equilibrio geoestratégico de Asia. Stalin, que venía de sufrir serios reveses en Europa (fracaso del bloqueo de Berlín o el cisma yugoslavo), no pudo resistir la tentación de recuperar terreno en Asia y dio su acuerdo a un ataque norcoreano a Corea del Sur.
Así, el 25 de junio de 1950, las tropas de Kim Il Sung atravesaron el paralelo 38º y avanzaron triunfalmente hacia el sur. El régimen surcoreano apenas pudo mantener un pequeño territorio en torno a Pusan.
La reacción norteamericana, para la sorpresa de Stalin, fue inmediata. Washingto pidió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU y consiguió un mandato para ponerse al frente de un ejército que hiciera frente a la agresión norcoreana. La ausencia del delegado soviético, que había rechazado asistir a las reuniones del Consejo como protesta por la negativa norteamericana de aceptar a la China Popular en el él, propició esta resolución.
Las tropas multinacionales de la ONU, en la práctica el ejército norteamericano al mando del general MacArthur, recuperaron rápidamente el terreno perdido y el 19 de octubre tomaron Pyongyang, la capital de Corea del Norte.
Tres días antes, el 16 de octubre, tropas chinas con masivo apoyo militar soviético penetraron en Corea haciendo recular al ejército norteamericano. El 4 de enero de 1951, las tropas comunistas retomaron Seul.
En ese momento, MacArthur propuso el bombardeo atómico del norte de China. Tanto el presidente Truman como la mayoría del Congreso reaccionaron alarmados ante una reacción que podía llevar al enfrentamiento nuclear con la URSS. En un enfrentamiento cada vez más abierto, Truman destituyó a MacArthur entre las protestas de la derecha republicano y lo sustituyó por el general Ridgway.
La URSS por su parte manifestó su intención de no intervenir en el conflicto y su deseo de que coexistieran dos sistemas diferentes en la península. El "empate militar" llevó a la apertura de negociaciones que concluirán el julio de 1953, poco después de la muerte de Stalin, con la firma del Armisticio en Panmunjong. En él se acordó una nueva línea de demarcación que serpentea en torno al paralelo 38º.
La pervivencia del régimen comunista norcoreano ha hecho que esta "frontera de la guerra fría" haya sido la única que ha pervivido hasta el siglo XXI.
REVOLUCION POPULAR DE CHINA
REVOLUCION POPULAR DE CHINA
La República Popular China es el Estado que actualmente ejerce la soberanía sobre la China continental y los territorios de Hong Kong y Macao. La República Popular fue proclamada en 1949, cuando las fuerzas del Partido Comunista de China, bajo el liderazgo de Mao Zedong, se impusieron al ejército de la República de China, el antiguo régimen chino, que desde entonces se ha mantenido en la isla de Taiwán
La historia de la República Popular China puede dividirse en dos etapas claramente diferenciadas. La primera estuvo dominada por la figura de Mao Zedong, que defendió una visión revolucionaria del comunismo en la que todos los aspectos de la sociedad, la cultura, la economía y la política debían estar al servicio de la causa ideológica. Las políticas radicales de Mao llevaron a momentos de crisis en los que otros dirigentes del Partido cuestionarían su autoridad, intentando apartar a Mao de las labores de gobierno, momentos en los que Mao reaccionó lanzando intensas campañas de reafirmación ideológica. Entre esas campañas merecen especial mención el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, cuyos efectos sobre la sociedad china se dejarían sentir durante mucho tiempo. Tras la muerte de Mao en 1976, su sucesor Hua Guofeng acabará cediendo el poder a Deng Xiaoping, líder pragmático que pondrá fin a las políticas revolucionarias y, manteniendo el carácter centralista y autoritario del Estado, pondrá en marcha una serie de reformas que iniciarían un proceso de intenso crecimiento económico.
A finales de los años 1980, la creciente libertad de expresión hizo que empezaran a surgir voces críticas con el régimen, que culminarían en las protestas masivas de 1989. El 4 de junio de ese año, las protestas de la Plaza de Tian'anmen en Pekín fueron sofocadas mediante la intervención del Ejército. Los incidentes de 1989, en los que perdieron la vida cientos de personas, provocaron a un cambio en la cúpula de poder de la República Popular. Deng Xiaoping apartó a los dirigentes reformistas como el secretario general del Partido Zhao Ziyang y favoreció al primer ministro Li Peng y, muy en especial, al entonces alcalde de Shanghái Jiang Zemin, que se convertiría en su sucesor. Tras dos años de incertidumbre y de aislamiento internacional, Deng Xiaoping tomó una de las decisiones más importantes en la historia reciente de China al intensificar el proceso de reformas económicas. Así, el Estado dominado por el Partido Comunista pasó durante los años 1990 a adoptar políticas económicas capitalistas combinadas con un fuerte autoritarismo político. Este modelo de desarrollo sería continuado por Jiang Zemin y por el sucesor de éste y actual presidente de la República Popular China Hu Jintao.
La República Popular China es el Estado que actualmente ejerce la soberanía sobre la China continental y los territorios de Hong Kong y Macao. La República Popular fue proclamada en 1949, cuando las fuerzas del Partido Comunista de China, bajo el liderazgo de Mao Zedong, se impusieron al ejército de la República de China, el antiguo régimen chino, que desde entonces se ha mantenido en la isla de Taiwán
La historia de la República Popular China puede dividirse en dos etapas claramente diferenciadas. La primera estuvo dominada por la figura de Mao Zedong, que defendió una visión revolucionaria del comunismo en la que todos los aspectos de la sociedad, la cultura, la economía y la política debían estar al servicio de la causa ideológica. Las políticas radicales de Mao llevaron a momentos de crisis en los que otros dirigentes del Partido cuestionarían su autoridad, intentando apartar a Mao de las labores de gobierno, momentos en los que Mao reaccionó lanzando intensas campañas de reafirmación ideológica. Entre esas campañas merecen especial mención el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, cuyos efectos sobre la sociedad china se dejarían sentir durante mucho tiempo. Tras la muerte de Mao en 1976, su sucesor Hua Guofeng acabará cediendo el poder a Deng Xiaoping, líder pragmático que pondrá fin a las políticas revolucionarias y, manteniendo el carácter centralista y autoritario del Estado, pondrá en marcha una serie de reformas que iniciarían un proceso de intenso crecimiento económico.
A finales de los años 1980, la creciente libertad de expresión hizo que empezaran a surgir voces críticas con el régimen, que culminarían en las protestas masivas de 1989. El 4 de junio de ese año, las protestas de la Plaza de Tian'anmen en Pekín fueron sofocadas mediante la intervención del Ejército. Los incidentes de 1989, en los que perdieron la vida cientos de personas, provocaron a un cambio en la cúpula de poder de la República Popular. Deng Xiaoping apartó a los dirigentes reformistas como el secretario general del Partido Zhao Ziyang y favoreció al primer ministro Li Peng y, muy en especial, al entonces alcalde de Shanghái Jiang Zemin, que se convertiría en su sucesor. Tras dos años de incertidumbre y de aislamiento internacional, Deng Xiaoping tomó una de las decisiones más importantes en la historia reciente de China al intensificar el proceso de reformas económicas. Así, el Estado dominado por el Partido Comunista pasó durante los años 1990 a adoptar políticas económicas capitalistas combinadas con un fuerte autoritarismo político. Este modelo de desarrollo sería continuado por Jiang Zemin y por el sucesor de éste y actual presidente de la República Popular China Hu Jintao.
GUERRA DE VIETNAM
GUERRA DE VIETNAM
La Guerra de Vietnam,[3] llamada también Segunda Guerra de Indochina, fue un conflicto bélico que enfrentó entre 1956 y 1975 a la República de Vietnam, o Vietnam del Sur, apoyada principalmente por los Estados Unidos, y la República Democrática de Vietnam, o Vietnam del Norte, apoyada por el bloque comunista, en el contexto general de la Guerra Fría. Tras el fin de la guerra, con el triunfo del norte comunista sobre el sur, la guerra de Vietnam quedó marcada en la moral y la opinión pública como la segunda derrota en la historia militar de los Estados Unidos, después de la de Guerra de Corea.
Las facciones en el conflicto fueron, por un lado la República Democrática de Vietnam con el apoyo de movimientos guerrilleros norvietnamitas como el Viet Cong o Frente de Liberación Nacional (NLF, por sus siglas en inglés) y de suministros soviéticos y chinos. Por el otro lado, la República de Vietnam con el apoyo militar y logístico de los Estados Unidos. En ayuda de los estadounidenses también participaron tropas de combate de Australia, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Tailandia. Otros países como Alemania, Irán, Marruecos, Reino Unido y Suiza contribuyeron con suministros materiales y equipamiento médico. Contingentes testimoniales en apoyo de los Estados Unidos fueron enviados por Taiwán y España, que movilizó a un reducido grupo de médicos militares en misión sanitaria.[4]
La guerra se distinguió por transcurrir sin la formación de las tradicionales líneas de frente, salvo las que se establecían alrededor de los perímetros de las bases o campos militares, de manera que las operaciones se sucedieron en zonas no delimitadas, proliferando las misiones de guerra de guerrillas o de "búsqueda y destrucción", junto con acciones de sabotaje en las retaguardias de las áreas urbanas, el uso de la fuerza aérea para bombardeos masivos y el empleo extensivo de agentes y armas químicas, constituyendo estas últimas operaciones violaciones de diversas convenciones internacionales de guerra que prohíben la utilización de armas químicas y biológicas.
La cobertura del conflicto realizada por los medios de comunicación permitió la denuncia de las frecuentes violaciones y abusos de los derechos humanos cometidos por los dos bandos, pero autores como Luciano Garibaldi afirman que atraían mucho más la atención las perpetradas por Estados Unidos,[5] alimentando así la creciente oposición de la opinión pública occidental hacia la intervención estadounidense.
Ante la contestación y división de la sociedad estadounidense, los acuerdos de paz de París en 1973 supusieron la retirada de las tropas estadounidenses y el cese de su intervención directa, pero no lograron poner fin al conflicto. Este prosiguió hasta que, en 1975, tras la toma de Saigón, se forzó la rendición incondicional de las tropas sudvietnamitas y la unificación del país, bajo el control del gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre de la República Socialista de Vietnam, el 2 de julio de 1976.
Un dato específico que le añade extremada crudeza e infamia al conflicto es el escalofriante número de víctimas civiles. Según datos de organismos internacionales y en conjunto con el gobierno de Hanoi, para 1975, la guerra habría causado la muerte de entre 3,8 y 5,7 millones de personas,[6] la mayoría de ellas civiles, y graves daños medioambientales. Estas enormes cifras de muerte marcan a la guerra de Vietnam como "quizás" el conflicto más sanguinario después de la Segunda Guerra Mundial.
Para los Estados Unidos, el conflicto resultó ser la confrontación más larga en la que se han visto envueltos. Surgió el sentimiento de derrota o Síndrome de Vietnam en muchos ciudadanos, lo que se vio reflejado en el mundo cultural y la industria cinematográfica, así como en un repliegue de la política exterior hasta la elección de Ronald Reagan en 1980. El precio de la guerra en vidas para los Estados Unidos fue de 58.159 muertes y 2000 desaparecidos
La Guerra de Vietnam,[3] llamada también Segunda Guerra de Indochina, fue un conflicto bélico que enfrentó entre 1956 y 1975 a la República de Vietnam, o Vietnam del Sur, apoyada principalmente por los Estados Unidos, y la República Democrática de Vietnam, o Vietnam del Norte, apoyada por el bloque comunista, en el contexto general de la Guerra Fría. Tras el fin de la guerra, con el triunfo del norte comunista sobre el sur, la guerra de Vietnam quedó marcada en la moral y la opinión pública como la segunda derrota en la historia militar de los Estados Unidos, después de la de Guerra de Corea.
Las facciones en el conflicto fueron, por un lado la República Democrática de Vietnam con el apoyo de movimientos guerrilleros norvietnamitas como el Viet Cong o Frente de Liberación Nacional (NLF, por sus siglas en inglés) y de suministros soviéticos y chinos. Por el otro lado, la República de Vietnam con el apoyo militar y logístico de los Estados Unidos. En ayuda de los estadounidenses también participaron tropas de combate de Australia, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Tailandia. Otros países como Alemania, Irán, Marruecos, Reino Unido y Suiza contribuyeron con suministros materiales y equipamiento médico. Contingentes testimoniales en apoyo de los Estados Unidos fueron enviados por Taiwán y España, que movilizó a un reducido grupo de médicos militares en misión sanitaria.[4]
La guerra se distinguió por transcurrir sin la formación de las tradicionales líneas de frente, salvo las que se establecían alrededor de los perímetros de las bases o campos militares, de manera que las operaciones se sucedieron en zonas no delimitadas, proliferando las misiones de guerra de guerrillas o de "búsqueda y destrucción", junto con acciones de sabotaje en las retaguardias de las áreas urbanas, el uso de la fuerza aérea para bombardeos masivos y el empleo extensivo de agentes y armas químicas, constituyendo estas últimas operaciones violaciones de diversas convenciones internacionales de guerra que prohíben la utilización de armas químicas y biológicas.
La cobertura del conflicto realizada por los medios de comunicación permitió la denuncia de las frecuentes violaciones y abusos de los derechos humanos cometidos por los dos bandos, pero autores como Luciano Garibaldi afirman que atraían mucho más la atención las perpetradas por Estados Unidos,[5] alimentando así la creciente oposición de la opinión pública occidental hacia la intervención estadounidense.
Ante la contestación y división de la sociedad estadounidense, los acuerdos de paz de París en 1973 supusieron la retirada de las tropas estadounidenses y el cese de su intervención directa, pero no lograron poner fin al conflicto. Este prosiguió hasta que, en 1975, tras la toma de Saigón, se forzó la rendición incondicional de las tropas sudvietnamitas y la unificación del país, bajo el control del gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre de la República Socialista de Vietnam, el 2 de julio de 1976.
Un dato específico que le añade extremada crudeza e infamia al conflicto es el escalofriante número de víctimas civiles. Según datos de organismos internacionales y en conjunto con el gobierno de Hanoi, para 1975, la guerra habría causado la muerte de entre 3,8 y 5,7 millones de personas,[6] la mayoría de ellas civiles, y graves daños medioambientales. Estas enormes cifras de muerte marcan a la guerra de Vietnam como "quizás" el conflicto más sanguinario después de la Segunda Guerra Mundial.
Para los Estados Unidos, el conflicto resultó ser la confrontación más larga en la que se han visto envueltos. Surgió el sentimiento de derrota o Síndrome de Vietnam en muchos ciudadanos, lo que se vio reflejado en el mundo cultural y la industria cinematográfica, así como en un repliegue de la política exterior hasta la elección de Ronald Reagan en 1980. El precio de la guerra en vidas para los Estados Unidos fue de 58.159 muertes y 2000 desaparecidos
REVOLUCION CUBANA
REVOLUCION CUBANA
Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía con Estados Unidos. Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la 'Enmienda Platt', que permitía la intervención norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y los bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes en Cuba.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba.
El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre la bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la República de Cuba mantenía su soberanía.
En 1960, el gobierno norteamericano dejó de comprar azúcar. Esto condujo a un acercamiento de los cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de toneladas anuales de azúcar durante cuatro años. Estados Unidos decidió entonces no enviar más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.
Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando todas las empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y teléfonos.
Fuerzas revolucionarias cubanas lideradas por Camilo Cienfuegos, avanzan hacia el latifundio de United Fruit Company para realizar en nombre del pueblo cubano la intervención y nacionalización de las tierras según dispuesto por la reforma agraria de Castro en 1959.Como en otros países de América Latina, existían, además, grandes latifundios. Según un censo de 1945, 4 mil personas eran dueñas de más de la mitad del territorio.
A partir de 1944, por primera vez la mayoría de la población pudo participar en
elecciones. Sin embargo, los gobiernos electos continuaron bajo la influencia de Estados Unidos.
En los primeros años de la década de 1950 se incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las movilizaciones de protesta, un sector del ejército apoyado por compañías norteamericanas y empresarios cubanos, dio un golpe de Estado. El nuevo dictador fue Fulgencio Batista.
La dictadura sólo se sostuvo mediante una violenta represión. En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en sus reclamos la lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social con los planteos de independencia económica y autonomía y, por lo tanto, contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región.
El inicio de las acciones guerrilleras
Como parte de las acciones rebeldes, el 26 de julio de 1953, un centenar de jóvenes pertenecientes a los sectores medios y obreros, ¡¡dorados por Fidel Castro, intentaron tomar el cuartel de Moncada, la segunda base militar de¡ país. Buscaban con esta acción dar comienzo a un proceso que llevara al derrocamiento de¡ dictador. El asalto fracasó, pero permitió al grupo revolucionario hacer un llamamiento a la insurrección y a la unión de¡ "pueblo" cubano: obreros rurales e industriales, pequeños agricultores, maestros, comerciantes, profesionales, desocupados, en definitiva, todos los sectores excluidos de la sociedad.
En 1956, los integrantes de¡ Movimiento 26 de Julio -denominado así por los revolucionarios luego de¡ acontecimiento de Moncada- organizaron desde México una expedición para ingresar clandestinamente en Cuba. A bordo de un pequeño barco de nombre "Gramma", desembarcaron en las playas de la Isla y se establecieron en Sierra Maestra, donde crearon un foco guerrillero. Con el tiempo, el grupo inicial terminó convirtiéndose en el "ejército rebelde".
Los guerrilleros dieron a conocer un manifiesto en el cual se expresaba la necesidad de que todas las organizaciones opositoras cubanas se unieran y formaran un gran frente revolucionario. Éste debía nombrar un gobierno provisional que exigiera la renuncia de¡ dictador y convocara inmediatamente a elecciones libres.
El ejército rebelde comenzó así a salir de su aislamiento y a encontrar nuevas adhesiones. Se sumaron importantes contingentes de jóvenes que fueron conducidos por líderes como Camilo Cienfuegos y el argentino Ernesto "Che" Guevara.
Durante los primeros meses de 1958, los guerrilleros intentaron, sin éxito, organizar una huelga general. A partir de este fracaso, decidieron continuar fortaleciendo las guerrillas rurales para resistir la ofensiva de¡ ejército de Batista y, posteriormente, invadir los llanos, tomar las provincias centrales y, por fin, derrocar a la dictadura.
En pocos meses fueron conquistando estos objetivos y, con el apoyo de amplios sectores de la población, en enero de 1959, tomaron La Habana, capital de Cuba. La lucha antidictatorial por el retorno a las formas democráticas de gobierno, pronto se transformó en una verdadera revolución social.
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba. El ejército de la dictadura fue reemplazado por el "ejército rebelde", los cargos de gobierno fueron asumidos por los jefes revolucionarios y, a partir de allí, se inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.
Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía con Estados Unidos. Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la 'Enmienda Platt', que permitía la intervención norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y los bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes en Cuba.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba.
El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre la bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la República de Cuba mantenía su soberanía.
En 1960, el gobierno norteamericano dejó de comprar azúcar. Esto condujo a un acercamiento de los cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de toneladas anuales de azúcar durante cuatro años. Estados Unidos decidió entonces no enviar más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.
Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando todas las empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y teléfonos.
Fuerzas revolucionarias cubanas lideradas por Camilo Cienfuegos, avanzan hacia el latifundio de United Fruit Company para realizar en nombre del pueblo cubano la intervención y nacionalización de las tierras según dispuesto por la reforma agraria de Castro en 1959.Como en otros países de América Latina, existían, además, grandes latifundios. Según un censo de 1945, 4 mil personas eran dueñas de más de la mitad del territorio.
A partir de 1944, por primera vez la mayoría de la población pudo participar en
elecciones. Sin embargo, los gobiernos electos continuaron bajo la influencia de Estados Unidos.
En los primeros años de la década de 1950 se incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las movilizaciones de protesta, un sector del ejército apoyado por compañías norteamericanas y empresarios cubanos, dio un golpe de Estado. El nuevo dictador fue Fulgencio Batista.
La dictadura sólo se sostuvo mediante una violenta represión. En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en sus reclamos la lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social con los planteos de independencia económica y autonomía y, por lo tanto, contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región.
El inicio de las acciones guerrilleras
Como parte de las acciones rebeldes, el 26 de julio de 1953, un centenar de jóvenes pertenecientes a los sectores medios y obreros, ¡¡dorados por Fidel Castro, intentaron tomar el cuartel de Moncada, la segunda base militar de¡ país. Buscaban con esta acción dar comienzo a un proceso que llevara al derrocamiento de¡ dictador. El asalto fracasó, pero permitió al grupo revolucionario hacer un llamamiento a la insurrección y a la unión de¡ "pueblo" cubano: obreros rurales e industriales, pequeños agricultores, maestros, comerciantes, profesionales, desocupados, en definitiva, todos los sectores excluidos de la sociedad.
En 1956, los integrantes de¡ Movimiento 26 de Julio -denominado así por los revolucionarios luego de¡ acontecimiento de Moncada- organizaron desde México una expedición para ingresar clandestinamente en Cuba. A bordo de un pequeño barco de nombre "Gramma", desembarcaron en las playas de la Isla y se establecieron en Sierra Maestra, donde crearon un foco guerrillero. Con el tiempo, el grupo inicial terminó convirtiéndose en el "ejército rebelde".
Los guerrilleros dieron a conocer un manifiesto en el cual se expresaba la necesidad de que todas las organizaciones opositoras cubanas se unieran y formaran un gran frente revolucionario. Éste debía nombrar un gobierno provisional que exigiera la renuncia de¡ dictador y convocara inmediatamente a elecciones libres.
El ejército rebelde comenzó así a salir de su aislamiento y a encontrar nuevas adhesiones. Se sumaron importantes contingentes de jóvenes que fueron conducidos por líderes como Camilo Cienfuegos y el argentino Ernesto "Che" Guevara.
Durante los primeros meses de 1958, los guerrilleros intentaron, sin éxito, organizar una huelga general. A partir de este fracaso, decidieron continuar fortaleciendo las guerrillas rurales para resistir la ofensiva de¡ ejército de Batista y, posteriormente, invadir los llanos, tomar las provincias centrales y, por fin, derrocar a la dictadura.
En pocos meses fueron conquistando estos objetivos y, con el apoyo de amplios sectores de la población, en enero de 1959, tomaron La Habana, capital de Cuba. La lucha antidictatorial por el retorno a las formas democráticas de gobierno, pronto se transformó en una verdadera revolución social.
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba. El ejército de la dictadura fue reemplazado por el "ejército rebelde", los cargos de gobierno fueron asumidos por los jefes revolucionarios y, a partir de allí, se inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.
INDEPENDENCIA DE LA INDIA
INDEPENDENCIA DE LA INDIA
En el Siglo XV, el territorio de la India, ubicado en Asia meridional, fue ocupado por los portugueses, y luego por holandeses, franceses e ingleses. Estos últimos, más poderosos, a partir de la represión de la rebelión de los cipayos, en 1857, (rebelión armada de los hindúes contra el poder británico) se apropiaron del gobierno de la región, utilizando sus materias primas para los procesos de fabricación de sus manufacturas, en la Revolución Industrial, que se inició en Inglaterra.
La rebelión de los cipayos fue contra la compañía Británica de las Indias Orientales, que había obtenido a partir del año 1600, por parte de Inglaterra, el monopolio del comercio en las Indias. A partir de la derrota de los cipayos, la compañía terminó su existencia, y la India pasó a ser una colonia británica.
La India era entonces, una colonia británica, siendo designada, en 1876, la reina Victoria como su emperatriz.
A partir de la Primera Guerra Mundial, se desarrolló un proceso independentista a cargo del Partido del Congreso, cuyo líder era Mahatma Gandhi, que significa “alma grande” denominación puesta por su gente, y cuyo nombre real era Mohandas Karamchand.
Sus medios de acción descartaban la violencia y consistían en medidas de no colaboración y de abstención, a través de huelgas de hambre, protestas pacíficas, no participación en las elecciones e incumplimiento de leyes injustas. Impulsó la vuelta a la industria artesanal, usando, por ejemplo, el hilado manual en señal de boicot a las industrias británicas, a las que acusaba de la ruina económica de la India.
En 1930, Gandhi, impulsó la abstención del pago de impuestos, sobre todo el que recaía sobre la sal, realizando con sus seguidores una caminata que los llevó hasta el mar de Omán, donde fabricaron sal, evaporando el agua marina. Esto le costó la pérdida de su libertad, que recuperó en 1931, aunque la prisión por desobediencia y agitación popular, ya era una constante en su vida.
La resistencia fue en aumento, recrudeciendo luego de la Segunda Guerra Mundial, donde la India ayudó a los ingleses, con la promesa de obtener su independencia, si bien con la condición que se resolvieran las diferencias entre hindúes y musulmanes. Al dictarse la Constitución de 1935, el estado se dividió entre la Unión India y Pakistán, integrada respectivamente por hindúes y musulmanes. Esta división fue rechazada por Gandhi.
El Primer Ministro, Churchill, representante de los conservadores, se había opuesto a la independencia de la India. En 1942, encarceló a muchos líderes del Partido del Congreso, pero con el triunfo de los laboristas, la situación cambió, y en 1947, se acordó el retiro de los ingleses del territorio hindú, en una reunión celebrada entre el virrey de la India, lord Mountbatten, representando al gobierno inglés; el referente de la Liga Musulmana, Ali Jinnah y por el Partido del Congreso, Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru.
El 15 de agosto de 1947, se estableció formalmente la Unión India, gobernada por Nehru, como primer ministro. En 1948, Mahatma Gandhi, murió asesinado por un fanático, Vinayak Nathura Godse. En 1949 por una nueva Constitución, la India se convirtió en una República Federal, integrante del Commonwealth.
En 1951, se lanzó el primer plan quinquenal y la reforma agraria.
Los conflictos con sus vecinos han sido frecuentes: Con China en 1959 y 1962. En 1961, la India anexó Goa y el resto de las colonias portuguesas en la India. La guerra por Cachemira, enfrentó a la India con Pakistán, entre 1947 y 1949, y en 1971, la India invadió Pakistán oriental, formándose el Estado de Bangladesh.
Bangladesh es la parte oriental de una región denominada Bengala, que en la división realizada en el territorio hindú le correspondió a Pakistán, que no reconoció los derechos de la población originaria, sometiéndolos a situaciones injustas, que originaron movimientos de liberación reprimidos cruelmente. La India contribuyó a su liberación, que se produjo el 16 de diciembre de 1971.
En 1964 murió Nehru y fue sucedido por su hija, Indira Gandhi quien gobernó desde 1966 hasta 1977, afrontando varios problemas, como la división del Partido del Congreso. En 1984, fue asesinada por miembros de la secta sij (secta religiosa surgida en el siglo XVI, contra el sistema de castas). Tuvo igual destino su hijo y sucesor, Rajiv, quien fue muerto en 1991. En 1997, el cargo de primer ministro fue ocupado por Inder Kumar Gujral.
En el Siglo XV, el territorio de la India, ubicado en Asia meridional, fue ocupado por los portugueses, y luego por holandeses, franceses e ingleses. Estos últimos, más poderosos, a partir de la represión de la rebelión de los cipayos, en 1857, (rebelión armada de los hindúes contra el poder británico) se apropiaron del gobierno de la región, utilizando sus materias primas para los procesos de fabricación de sus manufacturas, en la Revolución Industrial, que se inició en Inglaterra.
La rebelión de los cipayos fue contra la compañía Británica de las Indias Orientales, que había obtenido a partir del año 1600, por parte de Inglaterra, el monopolio del comercio en las Indias. A partir de la derrota de los cipayos, la compañía terminó su existencia, y la India pasó a ser una colonia británica.
La India era entonces, una colonia británica, siendo designada, en 1876, la reina Victoria como su emperatriz.
A partir de la Primera Guerra Mundial, se desarrolló un proceso independentista a cargo del Partido del Congreso, cuyo líder era Mahatma Gandhi, que significa “alma grande” denominación puesta por su gente, y cuyo nombre real era Mohandas Karamchand.
Sus medios de acción descartaban la violencia y consistían en medidas de no colaboración y de abstención, a través de huelgas de hambre, protestas pacíficas, no participación en las elecciones e incumplimiento de leyes injustas. Impulsó la vuelta a la industria artesanal, usando, por ejemplo, el hilado manual en señal de boicot a las industrias británicas, a las que acusaba de la ruina económica de la India.
En 1930, Gandhi, impulsó la abstención del pago de impuestos, sobre todo el que recaía sobre la sal, realizando con sus seguidores una caminata que los llevó hasta el mar de Omán, donde fabricaron sal, evaporando el agua marina. Esto le costó la pérdida de su libertad, que recuperó en 1931, aunque la prisión por desobediencia y agitación popular, ya era una constante en su vida.
La resistencia fue en aumento, recrudeciendo luego de la Segunda Guerra Mundial, donde la India ayudó a los ingleses, con la promesa de obtener su independencia, si bien con la condición que se resolvieran las diferencias entre hindúes y musulmanes. Al dictarse la Constitución de 1935, el estado se dividió entre la Unión India y Pakistán, integrada respectivamente por hindúes y musulmanes. Esta división fue rechazada por Gandhi.
El Primer Ministro, Churchill, representante de los conservadores, se había opuesto a la independencia de la India. En 1942, encarceló a muchos líderes del Partido del Congreso, pero con el triunfo de los laboristas, la situación cambió, y en 1947, se acordó el retiro de los ingleses del territorio hindú, en una reunión celebrada entre el virrey de la India, lord Mountbatten, representando al gobierno inglés; el referente de la Liga Musulmana, Ali Jinnah y por el Partido del Congreso, Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru.
El 15 de agosto de 1947, se estableció formalmente la Unión India, gobernada por Nehru, como primer ministro. En 1948, Mahatma Gandhi, murió asesinado por un fanático, Vinayak Nathura Godse. En 1949 por una nueva Constitución, la India se convirtió en una República Federal, integrante del Commonwealth.
En 1951, se lanzó el primer plan quinquenal y la reforma agraria.
Los conflictos con sus vecinos han sido frecuentes: Con China en 1959 y 1962. En 1961, la India anexó Goa y el resto de las colonias portuguesas en la India. La guerra por Cachemira, enfrentó a la India con Pakistán, entre 1947 y 1949, y en 1971, la India invadió Pakistán oriental, formándose el Estado de Bangladesh.
Bangladesh es la parte oriental de una región denominada Bengala, que en la división realizada en el territorio hindú le correspondió a Pakistán, que no reconoció los derechos de la población originaria, sometiéndolos a situaciones injustas, que originaron movimientos de liberación reprimidos cruelmente. La India contribuyó a su liberación, que se produjo el 16 de diciembre de 1971.
En 1964 murió Nehru y fue sucedido por su hija, Indira Gandhi quien gobernó desde 1966 hasta 1977, afrontando varios problemas, como la división del Partido del Congreso. En 1984, fue asesinada por miembros de la secta sij (secta religiosa surgida en el siglo XVI, contra el sistema de castas). Tuvo igual destino su hijo y sucesor, Rajiv, quien fue muerto en 1991. En 1997, el cargo de primer ministro fue ocupado por Inder Kumar Gujral.
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